A pesar de que Monterrey es una ciudad llena de historia, pocos recuerdan o saben respecto a los vestigios de nuestro pasado que se han encontrado en el subsuelo.
Por ello te presentamos un breve recuento de algunos de los secretos que se han encontrado en el suelo de Monterrey.
Restos de animales prehistóricos en el Metro de Monterrey
A finales de septiembre de 1993 durante las excavaciones para la Línea 2 del Metro se encontró algo que impactó a todo Monterrey: los restos óseos de un animal milenario.
El hallazgo se hizo a 6 metros de profundidad, en el cruce de Alfonso Reyes y Calzada Victoria.
Se trató de más de 100 fragmentos óseos en muy malas condiciones de conservación, que según los expertos que acudieron al lugar podrían tratarse de alguna especie de equino o bisonte de cerca de 50 mil años de antigüedad.
Este evento no estuvo libre de controversias, pues el trabajador que hizo el descubrimiento indicó que entre los huesos había una pieza de 10 centímetros con forma de colmillo, la cual desapareció. Por el contrario, las autoridades del Metro negaron la existencia de esa pieza.
Debido a las malas condiciones que presentaban los restos, el paleontólogo Wolfgang Stinnesbeck decidió no continuar con la búsqueda de restos y que siguieran las acciones de perforación para la estructura de la Línea 2 del Metro.
«No tiene sentido seguir sacando más, porque todos se están deshaciendo. Están muy frágiles. La verdad es que no me atrevería a pedir que detuvieran los trabajos del Metro, porque seguramente encontraríamos más restos pero igual de delicados», consideró el investigador de la UANL, por lo que se concluyó con la búsqueda.
Los cuerpos de los fundadores de Monterrey y los cementerios que quedaron en el olvido
En el centro de Monterrey se encuentran varios cementerios que literalmente fueron cubiertos por el asfalto.
Se dice que el primer cementerio de la ciudad se ubicaba en lo que ahora es el cruce de Zaragoza y 5 de Mayo (donde ahora se encuentra la Iglesia del Sagrado Corazón), junto a lo que fue el primer templo de Monterrey en el primer asentamiento en la ciudad. Este primer asentamiento se habría movido hacia el norte debido a una inundación y los restos del antiguo panteón se habrían trasladado también al Convento de San Andrés y el Templo de San Francisco, construido en el siglo XVII.
Hay otro panteón que fue clausurado y sobre él continuó creciendo la ciudad, se trata del Cementerio del Templo de San Francisco Javier, que estaba en lo que hoy es la Plaza Comercial Morelos.
Otro cementerio antiguo y del que poco se sabe qué pasó con los cuerpos que ahí descansaban es el del Templo de la Purísima. Actualmente ahí se encuentra una escuela, así que es probable que debajo de esa construcción se encuentren los restos de este camposanto.
Por otro lado, durante una remodelación realizada en la Catedral de Monterrey en la década de los 60’s se encontró bajo el suelo el cuerpo del exgobernador del Nuevo Reino de León, Don Martín de Zavala.
Este cuerpo se encontró debajo del altar mayor, vestía su traje militar y el destino de los restos es incierto.
También destaca el cementerio que ya mencionamos que se encontraba en la actual esquina de Zaragoza y Ocampo, en lo que era el Templo de San Francisco y Convento de San Andrés, el cual fue demolido por fuerzas carrancistas durante la Revolución Mexicana.
En 1983, durante las maniobras de construcción de la Macroplaza y el actual Palacio Municipal de Monterrey, se encontraron varios cuerpos que correspondían a los cadáveres enterrados en ese centenario cementerio olvidado.
Uno de ellos es el del fundador de Monterrey, Don Diego de Montemayor. Sin embargo, ninguna autoridad se interesó y los restos óseos del fundador permanecieron extraviados, hasta que en septiembre de 2012 reaparecieron (estaban en posesión de un particular) y fueron entregados al INAH Nuevo León
Por otro lado, se estima que en varias áreas de la zona de El Obispado haya varios cuerpos enterrados, derivado de las batallas que se llevaron a cabo en esa loma.
Restos de La Batalla de Monterrey
El 11 de octubre de 1996, pocos días después del aniversario 400 de Monterrey, se hizo un hallazgo impactante cerca del primer cuadro de la ciudad: durante la realización de una perforación en el suelo en el cruce de Héroes del 47 y Washington, un grupo de trabajadores de la construcción encontró un esqueleto humano que al parecer llevaba muchos años sepultado en ese sitio. Al día siguiente se encontró un cuerpo más en ese lugar.
Al lugar no solo arribaron autoridades judiciales, sino también personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pues se suponía que los cadáveres tenían valor histórico, tomando en cuenta las condiciones y el lugar en el que fueron encontrados.
Y en efecto, se trataba de combatientes que participaron en la Batalla de Monterrey, efectuada en septiembre de 1846 entre fuerzas mexicanas y el ejército invasor de Estados Unidos.
Y es que justo en ese lugar se encontraba el imponente Fortín de las Tenerías, fortaleza usada por los soldados locales para enfrentar a los estadounidenses.
En total se han encontrado 20 esqueletos de soldados caídos en esa zona, con excavaciones realizadas 1996, 2005, 2006 y 2011.
De hecho en varias de las propiedades de la zona del Barrio Antiguo, así como en El Obispado, se han encontrado balas de diversos calibres, así como algunas armas y otros objetos militares, sobre todo de la guerra contra Estados Unidos.
Construcciones antiguas
El 24 de diciembre de 1987 se dio una noticias muy interesante para los habitantes de Monterrey: durante los trabajos de demolición de la tienda Salinas y Rocha se encontró parte de la estructura de un antiguo túnel.
Se dijo en su momento que era parte de los arcos del antiguo Puente San Luisito, ya que por el tipo de material se dedujo que era de principios del siglo pasado, ya que era de concreto reforzado con varilla lisa, usada en la primera parte del siglo XX, no con varilla corrugada material usado en la época moderna.
El túnel era de aproximadamente 20 metros de alto y 40 de largo, iba del cruce de Ocampo y Juárez hacia Constitución.
De acuerdo con la nota publicada por El Norte ese 24 de diciembre de 1987, algunos trabajadores de la obra (pertenecientes a la empresa Voladuras Especializadas del Norte) ingresaron al túnel y no encontraron nada. Ninguna autoridad se interesó en el hallazgo y se continuó con la demolición de la tienda Salinas y Rocha, dejando enterrada la estructura la cual probablemente se destruyó con la dinamita utilizada para la demolición.
Como se dijo líneas arriba, con la construcción de la Macroplaza en 1983 se encontraron varios hallazgos del Monterrey antiguo, entre los cuales destacaron las estructuras del antiguo Templo San Francisco, construcción que operó a partir de 1624, la cual tiene suma importancia histórica para Monterrey. No por nada se incluye en el Escudo de Nuevo León.
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En 1995, durante las obras de construcción del Paseo Santa Lucía, se encontraron los restos de la estructura de un puente de piedra detrás del Museo de Historia Mexicana. Probablemente era el llamado Puente de la Purísima, el cual también tiene gran importancia histórica pues ahí se encontraba otro fuerte militar y una presa.
Bajo la Macroplaza también se han hecho descubrimientos interesantes. El 28 de marzo de 2006 tras unas maniobras de ampliación de la Macroplaza, se encontraron varias estructuras que parecían ser la base de alguna antigua construcción.
El hecho generó mucho interés, pues se pensaba que podría ser de algún edificio de gran valor histórico, sin embargo resultó ser parte de la estructura de una construcción moderna, se trataba de los restos del edificio de Sears que se había construido en la década de los 50’s en Juan Ignacio Ramón cerca de Dr. Coss. Ante esa conclusión, se continuó con las labores y se ocultaron las estructuras de cimentación encontradas.
Un ambiente acuático: los ojos de agua de Monterrey
El centro de Monterrey está repleto de agua, la cual no vemos pues está por debajo del suelo.
La ciudad contaba con varios ojos de agua, los cuales quedaron cubiertos por el asfalto.
Están los «Ojos de Santa Lucía», los que iban por Juan Ignacio Ramón, desde Cuauhtémoc hasta Félix U. Gómez.
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El ojo de agua que se encontraba en Allende y Zaragoza. El ojo de agua de El Roble, ubicado cerca de la iglesia del mismo nombre.
Con la realización de varias obras han quedado al descubierto estos manantiales de agua pura, limpia y cristalina, como por ejemplo durante las recientes maniobras de la Línea 3 del Metro y algunas construcciones en el Barrio Antiguo.
Los vestigios de las antiguas poblaciones de Monterrey
Algunos indicios de los antiguos pobladores de Monterrey fueron encontrados en el «corazón» de la ciudad: en el Museo Metropolitano de Monterrey, anterior sede del Palacio municipal.
Y es que el 12 de diciembre de 2007 se encontraron cerca de 200 piezas de gran valor histórico y arqueológico en ese espacio, tras una serie de maniobras de remodelación y de introducción de drenaje.
Entre los hallazgos había restos de vasijas, jarrones y mosaicos de cerámica, monedas, cruces, restos de animales (reses y venados), un muro de piedra (de origen colonial) así como una noria de agua de 12 metros de profundidad y un canal de agua de 8 metros de longitud.
El tranvía en Monterrey
El tranvía fue uno de los medios de transporte más importantes de Monterrey a principios del siglo pasado.
Pues bien, en 2020 durante las obras de remodelación de las calles del centro de la ciudad se encontraron los vestigios del antiguo tranvía que circulaba por la ciudad.
El hallazgo se hizo justo frente a la Iglesia de El Roble. Se encontraron los durmientes de la vía de ese medio de transporte.
