José Eleuterio González sufrió de mal de amores, luego de que su esposa se enamoró de un general, hecho que marcó para siempre la vida del doctor.
El doctor José Eleuterio González, conocido como «Gonzalitos» por la mayor parte de la población del Monterrey de mediados del siglo XIX (se le respetaba y quería por su humanismo y amor hacia sus pacientes), no es regiomontano, sino originario de lo que hoy es Guadalajara, Jalisco.
Él llegó a radicar a Monterrey en 1833 con apenas 20 años de edad. De inmediato se puso a trabajar como médico y fue ganándose la confianza de muchas personas por su particular forma de tratar a sus pacientes, ya que era muy amable y se preocupaba de sobremanera por ellos, al grado de que era común de que a los pobres (y se dice que también a los ricos) no les cobraba por sus servicios.
Dos años después de su arribó al en ese entonces pequeño Monterrey, el galeno conoció el amor: se trataba de una mujer de nombre Carmen Arredondo, de quien se enamoró perdidamente.
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Así, ambos se unieron en matrimonio en enero de 1836 y Gonzalitos estaba muy ilusionado con este gran paso en su vida, lo cual se conjuntaba con un crecimiento profesional y el inicio de varios proyectos, como cursos y mejoras para el sistema de salud de la ciudad.
Pero lo que parecía que sería duradero fue efímero: en 1942 el matrimonio de José Eleuterio y Carmen se derrumbó, el culpable fue un militar que a la postre se convertiría en Presidente de la República: Mariano Arista.
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En efecto, Arista fue comisionado a Monterrey para encargarse de la campaña contra los rebeldes texanos y fue así como conoció a Doña Carmen, de quien se enamoró.
A Mariano no le importó que ella era casada y que era la esposa del respetado Gonzalitos, hizo todo lo posible por enamorarla y lo consiguió, manteniendo una relación extramarital, hasta que finalmente Carmen se alejó del doctor para irse a vivir con el militar, a una hacienda en la zona de Mamulique.
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Se dice que una ocasión Mariano resultó lesionado de gravedad y el mismo Gonzalitos, fiel a su humanismo y al compromiso con su profesión, le salvó la vida sin importarle que ese hombre le robó al amor de su vida.
Todo este escándalo marcaría la vida de los tres. Por un lado el escarnio social sobre Carmen fue intenso, al grado de ser marginada socialmente.
Por su parte, Mariano Arista siguió ascendiendo militarmente y finalmente consiguió ser Presidente de México, en el lapso de 1851 a 1853, sin embargo el escándalo público protagonizado en Monterrey fue argumento de sus detractores para poner en duda su autoridad moral para llevar los destinos del país, lo que lo llevó a tener un mandato complicado, al grado de tener que renunciar al poder y autoexiliarse en España.
Mientras tanto, Gonzalitos nunca pudo reponerse de ese duro golpe y jamás volvió a contraer nupcias (cabe señalar que su unión con Carmen no produjo hijos), en cambio se decidió a dedicarse por completo a la Medicina y la educación, siendo el artífice del Colegio Civil, la Escuela de Medicina, un hospital y varias acciones enfocadas en el desarrollo social de Nuevo León.