En el Centro de Monterrey se mantienen en pie varias joyas arquitectónicas que datan de hace varias décadas, una de las que más destaca es el Templo Expiatorio de San Luis Gonzaga.
La iglesia San Luis Gonzaga de Monterrey
¿Dónde está la iglesia de San Luis Gonzaga?
Se ubica en el 280 de la calle Hidalgo, entre Cuauhtémoc y Garibaldi, en el Centro de Monterrey.
¿Quién fue Luis Gonzaga?
Luigi Gonzaga nació el 9 de marzo de 1568 en el Marquesado de Castiglione, en la región de Lombardía, Italia.
Fue hijo de un noble y militar y a pesar de los beneficios que tuvo al ser el primogénito de la familia, decidió dedicar su vida a Dios renunciando a todos sus privilegios.
Se dice que desde su adolescencia tuvo una revelación divina, en la que supo que moriría a corta edad, por lo que se dedicó con esfuerzo a apoyar al prójimo.
Así, recibió su ordenación religiosa a corta edad y se enfocó en atender a los pobres y a los enfermos, sobre todo en los tiempos de peste.
De hecho por sus labores en los sanatorios se contagió de una fiebre, peste que azotó a varias zonas de Europa por años y murió el 21 de junio de 1591, a la edad de 23 años.
Por su vida y obra se inició un proceso de canonización, el cual se consumó el 13 de diciembre de 1726 y se le declaró como Patrón de la Juventud.
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Historia del templo expiatorio San Luis Gonzaga
Ahora bien, en Monterrey hubo otro templo dedicado a San Luis Gonzaga el cual se ubicaba en lo que ahora es el Barrio Antiguo.
De acuerdo con Leopoldo Espinoza, esta parroquia se construyó entre 1710 y 1730 sobre la calle Abasolo, entre Mina y Naranjo.
Sin embargo, tras las Leyes de Reforma (1855 – 1853) el templo se nacionalizó y se usó como escuela.
No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando se comenzó a planear el actual templo de San Luis Gonzaga.
Esto se dio en 1897 por iniciativa de la Asociación de San Luis Gonzaga, un grupo de difusión y activismo católico enfocado en jóvenes.
La propuesta fue apoyada por varias personalidades importantes de ese tiempo, entre ellas Aurelia de Ochoa, esposa del entonces gobernador de Nuevo León, el Gral. Bernardo Reyes.
Finalmente la propuesta fue aprobada por Jacinto López, Arzobispo de Monterrey, quien ordenó la compra del terreno con lo que se arrancó con la planeación de la obra.
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¿Quién diseñó la iglesia de San Luis Gonzaga?
Hay cierta confusión respecto a quién fue la persona que diseñó este templo.
Por un lado hay quien atribuye la obra al arquitecto e ingeniero italiano, Adamo Boari, mientras que otros mencionan que esta iglesia fue diseñada por el regiomontano Genaro Dávila (el responsable de la construcción del Puente San Luisito).
De acuerdo con Martín Checa-Artasu, sí hay evidencia de que el Diócesis de Linares le encargó el diseño de la iglesia de San Luis Gonzaga a Adamo Boari, arquitecto que diseñó varias construcciones en México, como el Palacio de Bellas Artes.
De hecho en los archivos de Boari existen planos de una obra solicitada por la Diócesis de Linares, en los cuales se ve una obra parecida a lo que es el actual templo regiomontano.
Checa-Artasu supone que tal vez Boari terminó por no involucrarse de lleno en el proyecto por los constantes viajes del italiano, que así haya sido la intención de la Diócesis de Linares (que solo desarrollara la idea de la obra y que esta fuera llevada a cabo por otra persona) o incluso la falta de dinero para poder cubrir los honorarios de Adamo.
Lo que es cierto es que Genaro Dávila entró de lleno en el proyecto y fue el encargado de materializar la obra, haciendo algunos cambios al diseño original pero manteniendo el estilo neogótico.
Cabe señalar que Dávila era yerno del general Reyes y de Aurelia Ochoa, siendo ella una de las principales impulsoras y financiadoras del templo.
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La belleza del neogótico
En el templo expiatorio de San Luis Gonzaga predominan los elementos del neogótico.
Es de dos plantas: la primera de forma circular y la segunda es octagonal.
Tiene 4 torres octagonales, 4 en la cara frontal y 4 en la parte posterior.
«La segunda planta sostenida por ocho esbeltas columnas, decoradas con motivos vegetales como hoja de parra y racimos de uva, estas columnas forman un octágono hacia el interior del templo y por encima de éste; tiene una cúpula que descansa en un tambor octogonal en el que se abren ocho ventanas ojivales con vitrales y orientaciones simples en sus marcos… por su parte frontal, presenta una estrada en arco ojival y encima de ésta un ventanal con el mismo tipo de arco», se establece en la ficha elaborada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), retomada por la página Web del templo.
Como se puede apreciar, el número 8 predomina en los detalles de esta iglesia, lo cual no es casualidad.
Se dice que en términos religiosos, el número 8 está relacionado con «la transición entre el cielo y la tierra» y con la resurrección.
Su construcción
La obra de construcción comenzó en 1897. El 24 de junio de ese año se puso la primera piedra.
Las maniobras estuvieron dirigidas por Genaro Dávila y tiempo después se integró Bernardo Reyes Ochoa, hijo del mandatario estatal.
El elemento que más destaca es que fue construida con cemento, algo innovador en esa época en las construcciones de recintos religiosos.
Ese material apenas comenzaba a despuntar en las construcciones, lo cual representó el aire de modernidad que se buscaba en Monterrey.
La construcción permaneció detenida por años, durante el periodo revolucionario.
La obra culminó en 1923.
Este inmueble ha sufrido algunas modificaciones con el paso de los años, que van desde el cambio en los tonos de la pintura de su fachada, la eliminación de los jardines originales y algunas mejoras en su interior.
Las mejoras que más destacan es la realizada hace unos años en el interior del templo.